viernes, 1 de mayo de 2020

El grave daño que provoca la industria del plástico

 

Cuando pensamos en plástico la imagen más frecuente que nos aparece o nos muestran los medios son bolsas de supermercado o botellas, también hay un gran aporte de estas micropartículas que los fabricantes utilizan en las cremas cosméticas exfoliantes y las pastas de dientes que, viajan por los desagües y no llegan a ser filtrados por las plantas de afluentes municipales llegando a mares y ríos contaminándolos.
Un estudio reciente presentado en un congreso de gastroenterología celebrado en Viena, Austria, en Noviembre del 2018, mostró que las heces de personas de países tan distantes y diferentes como Reino Unido, Italia, Rusia o Japón contenían partículas de una decena de plásticos diferentes. De los diez plásticos buscados encontraron nueve de ellos. Los más comunes fueron el propileno, básico en los envases de leches y jugos, y el PET, del que están hechas la mayoría de botellas de plástico (es decir, los que no se pueden reciclar. Solo se puede reciclar el polietileno). La longitud de las partículas oscilaba entre las 50 y las 500  micras. Y, en promedio, los investigadores encontraron 20 microplásticos por cada 10 gramos de materia fecal.
Para los ecologistas solo existe una única solución de lo más radical y es que directamente deje de existir la industria del plástico que está acabando con la fauna marina ya que la contaminación de los residuos que arrojan los barcos y que los humanos depositan en las playas: las bolsas, tapones y fibras de ropa sintética y otros miles de productos plásticos, ingresan a los océanos mediante las alcantarillas y residuos urbanos, hechos que ponen en peligro a casi 700 especies marinas, dicen los expertos. En algunos casos los casos son visibles: animales estrangulados por redes de pesca abandonadas o por los aros que unen los packs de las latas de bebida. En muchos otros casos los daños son invisibles.


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